Bacalao con tomate a la hierbabuena

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Querida Patricia....hace varios años que estamos en contacto y nos conocemos por este medio, como siempre has estado a nuestro lado desde los principios de nuestro blogs, hemos querido estar en el concurso que organizas en el tuyo, creo que debemos estar....quiero que sepas que fue complicado, pero al final hemos conseguido llegar a ultima hora, pero llegar...y aquí estamos con este....

Bacalao con tomate a la hierbabuena ...



Una receta un recuerdo....una temática muy agradable para un concurso. 
Siempre he creído que cada plato que se cocina en nuestra humilde cocina tiene un recuerdo, una vivencia, una música ..siempre lo pensé y así lo hago saber desde los inicios de nuestro blog....cada plato nos recuerda algo o alguien...momentos, lugares, amigos...pensarlo bien....!!!
Como recuerdo para el concurso, es la Semana Santa que pasábamos en el pueblo de mi madre, Villarejo de Montalban en Toledo... quizá los cuatro días mas bonitos e intensos del año en nuestra feliz infancia, sin ningún tipo de lujos, lo que ahora se conoce a ciertas cosas materiales.
Viajes con aquellas interminables caravanas de coches en la antigua carretera de Extremadura, tanto a la ida como a la vuelta....pero tenían el premio de estar unos días con la familia y amigos, entre la familia ante todo y el saborear los platos que mi abuela cocinaba en aquella cocinilla así llamada por todos, cocinilla estrecha, fría y a la vez cálida, al final de portalón que vertebraba la casa, rodeado por interminables habitaciones, que hoy, me parecen pequeñas, todavía conservan ese encanto, sin pasar el tiempo por ellas. 
Mi abuela cocinaba en aquellas ollas rojas y aquellas sartenes de latón que todavía conservamos, cocinaba en el fuego que mi abuelo encendía diariamente y ella se dedicaba a mantener vivo para cocinar a toda la familia, hijos y nietos.....Creo recordar que todos los años, unos tras otro, se repetían los menús, incluido postres al igual que los días, era estricta y exigente en sus platos, salían siempre de la cocina  con el mismo sabor, repetido y clonados como sino pasara el tiempo por ellos, inmortales y perfectos en su elaboración ...creo que nunca mas volví a comer como en aquella cocina y aquella cocinera inmejorable....maestra de sus hijas, y ahora mismo, aunque no este entre nosotros, maestra para mi, para nosotros, es una fuente de inspiración por la grandiosidad que plasmaba en sus platos sencillos....
Entre ellos amiga Patricia están las natillas caseras...el potaje...las migas manchegas...el cocido madrileño...las judías blancas...la tortilla de cebolla...nuestro blogueado Ajo Cano, y este, este Bacalao con tomate a la hierbabuena....Patricia te presentamos un recuerdo con esta receta.....


Ingredientes:

Lomos de bacalao salados
Tomates Maduros
1 cebolla
Hojas frescas de hierbabuena
2 dientes de ajo enteros
2 hojas de laurel
3 cucharaditas de sal
4 cucharadas de azúcar moreno
1 cucharadita de pimentón
4 cucharadas de Aceite de Oliva Virgen Extra 



Preparación:

1.- Cortamos los lomos de bacalao a nuestro gusto. 
2.- Lavamos las piezas de bacalao bajo el grifo con agua fría.
3.- Colocamos el bacalao en un bol con agua hasta que cubra todas las piezas bien.
4.- Metemos en el frigorífico treinta y seis horas antes de preparar las pavías, cambiando el agua cada ocho horas.
5.- Picamos la cebolla en brunoise, los ajos y ponemos en una sarten con aceite hasta que este dorada.
6.- Añadimos el pimentón y sofreímos, con cuidado para que no se queme.
7.- Añadimos los tomates pelados y limpios de semillas, los picamos en trozos de un centímetro aproximadamente.
8.- Incorporamos unas hojas de hierbabuena la sal y el azúcar. Dejamos cocinar a fuego medio bajo durante una una hora aproximadamente.

9.-En este momento corregimos el punto de sal y retiramos las hojas de hierbabuena.
. 10.- Continuamos cocinando unos 10 minutos más aproximadamente y el tomate se ira deshaciendo. 
11.- Lo trituramos y listo para añadir a los lomos de bacalao.
12.- Ponemos los lomos de bacalao y cubrimos con la salsa de tomate, y dejamos cocinar unos minutos mas, y listo para emplatar, en nuestro caso en una cazuela de barro.

En el caso de la receta de mi abuela, con el aceite era mas generosa, recuerdo como se abría paso con un tono rojizo alrededor de la salsa de tomate y era una delicia...


Pavias de bacalao + Cruzcampo

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Hoy traemos una receta que repetimos en nuestro blog, aunque hace tiempo que se publico pensamos en ella para el reto que hace un mes nos propuso Lidia "Atrapada en mi cocina" en el grupo Blogs de Cocina en Andalucía ..tuvo la feliz ocurrencia de conmemorar el día de las Cruces con una tapa típica de nuestra querida Andalucía para dicho evento...y para mi personalmente es "La Tapa", entrecomillada y con mayúsculas ...ya me pueden poner delante lo que quieran...nada cambio por una ...

"Pavia de Bacalao + Cruzcampo".




Ingredientes:

Lomos de bacalao salado 
Harina
1 Lata de Cerveza (Cruzcampo evidentemente)
1 Cucharadita de Levadura
Harina.
Perejil picado.
Ajo picado.
2 Huevos.
Colorante.
Aceite.
Sal.



Preparación:

1.- Cortamos el bacalao en tiras de aproximadamente tres centímetros. 
2.- Lavamos las piezas de bacalao bajo el grifo con agua fria.
3.- Colocamos el bacalao en un bol con agua hasta que cubra todas las piezas bien.
4.- Metemos en el frigorífico treinta y seis horas antes de preparar las pavías, cambiando el agua cada ocho horas.
5.- Echamos los huevos en un bol y batimos.
6.- Añadimos el ajo, perejil, la sal y colorante, seguimos batiendo
7.- A continuación la cerveza y la levadura y mezclamos todo bien.
8.- Vamos incorporando la harina poco a poco batiendo con unas varillas hasta que tengamos una mezcla envolvente.
9.- Ponemos el aceite a calentar que este mas bien fuerte.
10.- Bañamos el bacalao con la mezcla e introducimos rápidamente al aceite para que no pierda la capa.
11.- Aconsejamos el aceite muy caliente para que dore por fuera y luego bajamos el aceite de temperatura para que se haga por dentro.



LAS CRUCES DE MAYO en GRANADA

Durante todo el año se entremezclan las demostraciones más antiguas de las más puras raíces populares con otras costumbres de implantación menos ancestrales, pero no por ello de menos emoción y colorido. Como suele ocurrir en estos casos, algunas de estas fiestas tienen unos orígenes oscuros precisamente por su antigüedad, y a la par poseen unas connotaciones misteriosas que las hacen aún más atractivas. Ése es el caso de las ciudades y pueblos de Granada, en especial el Día de la Cruz.

¿Cuál es el origen del Día de la Cruz? Los libros litúrgicos contienen dos fiestas dedicadas al culto de la Cruz: La Invención de la Santa Cruz, el 3 de mayo, y la Exaltación, el 14 de septiembre. La Exaltación, que conmemora la dedicación de las basílicas de Jerusalén, es de origen oriental y no pasó a occidente hasta fines del siglo VII, a través del rito romano.

La Invención de la Santa Cruz, en cambio, es conmemorada desde antiguo. En España aparece en todos los calendarios y fuentes litúrgicas mozárabes, poniéndola en relación con el relato del hallazgo por Santa Elena de la auténtica Cruz de Cristo. Este relato figura en los pasionarios del siglo X y puede resumirse así: En el sexto año de su reinado, el emperador Constantino se enfrenta contra los bárbaros a orillas del Danubio. Se considera imposible la victoria a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tiene una visión: en el cielo se apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, In hoc signo vincis ("Con esta señal vencerás"). El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad a la multitud enemiga. De vuelta a la ciudad, averiguado el significado de la Cruz, Constantino se hizo bautizar en la religión cristiana y mandó edificar iglesias. Enseguida envió a su madre, santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y con torturas consiguió la confesión del lugar donde se encontraba la Cruz a Judas (luego San Judas, obispo de Jerusalén). En el monte donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontraron tres cruces ocultas. Para descubrir cuál de ellas era la verdadera las colocaron una a una sobre un joven muerto, el cual resucitó al serle impuesta la tercera, la de Cristo. Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz, el tres de mayo. 
Toda esta historia tiene, sin duda, mucho de leyenda, pues el emperador Constantino fue considerado en el medievo occidental como prototipo del príncipe cristiano y se le rodeó de multitud de relatos fabulosos. Además, la celebración de este día es anterior al Pasionario. En la Lex Romana Visigothorum, promulgada por Recesvinto en el año 654, y renovada por Ervigio en el 681, se menciona esta festividad comparándola, por lo que se refiere a su solemnidad, con las mayores del año eclesiástico; y en el Leccionario de Silos, compuesto hacia el año 650, aparece con el nombre de dies Sanctae Crucis, siendo éste el más antiguo testimonio de su conmemoración en España. Desde la primera mitad del siglo VII se tiene conocimiento de la existencia en España de reliquias de la Cruz, concretamente en sendas iglesias de Mérida y Guadix. Finalmente, hay que añadir que el culto a la Cruz en general es aún más antiguo, pues sabemos que en el año 599 se celebró en la Catedral de la Santa Cruz el II Concilio de Barcelona, lo que implica a su vez una advocación anterior.

En cambio, de la celebración popular de la fiesta de la Santa Cruz, la que más nos interesa, apenas hay datos antiguos. Los primeros testimonios que conocemos se remontan tan sólo al siglo XVIII, aunque este vacío documental no implica necesariamente que la fiesta no existiera desde antes. En cualquier caso, parece que la celebración popular de la Cruz de Mayo tal como hoy la conocemos alcanzó su máximo esplendor durante los siglos XVIII y XIX, para empezar a decaer a principios del **.

Esta fiesta, en su vertiente popular, está muy extendida por toda España, aunque con variaciones muy significativas de unos lugares a otros. A pesar de ello, la celebración presenta en todas sus manifestaciones una serie constante de elementos comunes. El centro de la fiesta es una cruz, de tamaño natural o reducido, que se adorna, en la calle o en el interior de una casa, con flores, plantas, objetos diversos (pañuelos, colchas, cuadros, candelabros, etc.) y adornos elaborados. A su alrededor se practican bailes típicos, se realizan juegos y se entonan coplas alusivas. A veces hay procesiones, de carácter religioso o pagano. A la hora de establecer los orígenes de esta celebración popular de la Cruz hay que referirse necesariamente a una serie de fiestas paganas que se celebraban desde muy antiguo en el mes de mayo.
Efectivamente, el mes de mayo, considerado desde siempre como el mes del esplendor de la vegetación y el mes amoroso por excelencia, ha sido desde tiempos remotos el escenario de un buen número de fiestas populares. Los orígenes de estas fiestas populares del mes de mayo son discutidos. Desde los autores renacentistas se pretende hacer derivar tales celebraciones de alguna festividad clásica grecolatina. Un escritor italiano del siglo XVI, Polydoro Virgilio, las relaciona con las fiestas romanas en honor de Flora, diosa que representa el eterno renacer de la vegetación en primavera (las Floralia, que duraban del 28 de abril al 3 de mayo), y con la procesión ateniense del Eiresioné en la época de la cosecha. Otros las vinculan con las fiestas romanas de Vulcano y de las divinidades Maia y Ops.

De todas las celebraciones clásicas con las que se quiere relacionar a las fiestas de mayo, la que más nos interesa es la de Attis. Según Ovidio, Attis era un hermoso joven que vivía en los bosques de Frigia. La diosa Cibeles lo eligió para sí, haciéndolo guardián de su templo, pero con la condición de que se mantuviera siempre virgen. Attis cedió al amor de la ninfa Sagaritis y entonces Cibele hizo que ésta muriera, derribando el árbol del que dependía su vida. El muchacho enloqueció y se castró, tras lo cual la diosa lo volvió a admitir en su templo. La fiesta, rememorando su muerte y resurrección, tenía lugar en el equinoccio de primavera. Comenzaba el 22 de marzo con la solemne procesión de un pino recién cortado (árbol en el que, según la leyenda, se había convertido Attis a su muerte), al que se adornaba con guirnaldas de violetas y bandas de lana. Los ritos proseguían hasta el día 27 y en ellos se incluían prácticas mistéricas y automutilaciones.

Aunque se puede apreciar una cierta semejanza o paralelismo entres estas celebraciones y nuestras fiestas de mayo, es difícil, sin embargo, admitir una relación de dependencia de éstas con respecto a aquéllas y más bien habría que hablar de una génesis espontánea común, a partir de los fenómenos culturales recurrentes de adoración al árbol y exaltación de la naturaleza. Por ello mismo, hay que concluir que el sentido de estas fiestas es plenamente naturalista: saludo a la primavera, celebración del comienzo de un nuevo ciclo de la vegetación, agradecimiento a la naturaleza por sus futuras cosechas. Y, como consecuencia de ello, exaltación del amor y de los sentimientos humanos más espontáneos.
Pues bien, como consecuencia del empeño de la jerarquía cristiana por eliminar antiguas prácticas paganas y supersticiosas, muchas veces escandalosas y casi siempre contrarias a su moral, en un momento dado de su desarrollo las fiestas naturalistas de mayo se habrían transformado y agrupado en torno a un nuevo motivo, la Cruz. Simplificando la cuestión podríamos afirmar que el mayo-árbol se convirtió en mayo-cruz, conservando casi intactos todos los demás elementos de la celebración. En un maravilloso ejemplo de asimilación y sincretismo de fiestas y símbolos, el árbol fue sustituido por una cruz (a la que con frecuencia en la liturgia cristiana se denomina precisamente "árbol"), quizás como una sabia decisión del pueblo para que estas celebraciones no desaparecieran totalmente o alentado por las autoridades eclesiásticas que, intentando eliminar viejas creencias supersticiosas, sustituyeron un símbolo pagano por otro religioso.

En definitiva, no es posible negar la conexión entre las fiestas paganas de la naturaleza y la celebración de la Cruz de Mayo, así como la anterioridad cronológica del mayo. Quizás lo justo sería hablar de que la fiesta de la Cruz, cuando comenzó a desarrollarse popularmente, tomó elementos de otras fiestas no religiosas, en un intento de asimilarlas para eliminarlas o sencillamente como consecuencia inevitable de su coexistencia, dada la similitud de sus motivaciones. La prohibición de las fiestas paganas por parte de las autoridades civiles y eclesiásticas facilitó esa incorporación de elementos de unas a otra, aleccionada por el pueblo, siempre amante de sus tradiciones y nunca dispuesto a perderlas. El fondo, lo popular, habría quedado intacto y sólo habría cambiado su apariencia externa.

Y como es tradición, el día 3 de Mayo como cada año, los granadinos se lanzan a la calle a celebrar el Día de la Cruz. Se organizan bailes, en casetas y bares correrá el vino a raudales, y se vestirá a la ciudad con cruces inundadas de claveles, rosas, mantillas y cacharros de cobre. 


http://www.webgranada.com/DiaDeLaCruz.as…

Albondigas al Vermuth

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Hoy os presentamos unas albondigas de pavo con un toque de Vermouth casero que compramos en La Palma del Condado de "Bodegas Millan", hemos descubierto por un compañero de trabajo estas bodegas y desde entonces todo los alcoholes derivados del vino se compran en casa a granel....este Vermouth desde luego es una delicia para tomar con el aperitivo acompañado de unos hielo y de un toque de refresco, en nuestro caso de naranja o limón...no os apetece...!!! 
Pues tambien lo usamos para cocinar....el resultado, unas albondigas de escándalo....!!! Como diría el afamado cocinero "Ricas, Ricas...!!!"

Ingredientes

800 gramos de pechugas de pavo picadas 
2 Huevos frescos
4 Cebolletas 
2 Tomates naturales
Perejil fresco
3 Dientes de Ajo 
1 Vaso de Vermouth
100 / 150 gramos de pan del día anterior
1 cucharada de miel 
Sal
Pimienta
Aceite de Oliva


Preparación:

1.- Limpiamos las cebolletas y picamos muy finas.
2.- Hacemos lo mismo con los ajos y con los ramilletes de perejil.
3.- En bol ponemos la carne de pavo y salpimentamos.
4.- Añadimos los ajos picados, los dos huevos, el perejil y las dos cebolletas.
5.- En un bol aparte, ensopamos el pan en agua y escurrimos para añadir al preparado para realizar las albóndigas.
6.- Mezclamos muy bien todos los ingredientes y dejamos en el frigorífico un par de horas.
7.- Hacemos las albóndigas del tamaño deseado, pasamos por harina y freímos en una cacerola con aceite de oliva a fuego alto, hasta que estén doraditas.
8.- Retiramos las albóndigas y reservamos.
9.- En la misma cacerola le ponemos el vaso de vermut y dejamos que evapore el alcohol.
10.- Le añadimos otras dos cebolletas cortadas en juliana y un tomate pelado, troceado y limpio de semillas.
11.- Ponemos una cucharadita de miel y las albondigas reservadas.
12.- Cubrimos con agua y dejamos cocer hasta que el caldo reduzca.

Acompañamos con un arroz blanco....



 
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